Vienen de su dimensión. Tienen habilidades inimaginables. Se parecen a nosotros. Ellos hablan como nosotros. Ellos somos nosotros. Pero no lo son. Son gobernantes desde arriba. Y no somos nada para ellos. Nos aniquilarán cuando la Gran Orden entre en vigor. ¿Puede Dios salvarnos? ¿O es esto lo que Dios quiere?